25 noviembre, 2024

Vacuna, tratamientos innovadores y otras estrategias para terminar con la pandemia de VIH

Infobae participó del XX Simposio Científico de Fundación Huésped, donde expertos presentaron novedades y avances en el abordaje de la enfermedad. El rol de los anticuerpos monoclonales en el control de la afección que padecen 39 millones de personas en todo el mundo, según Onusida

42 años pasaron desde que se detectaron los primeros casos de infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y 40 desde que el laboratorio del virólogo francés Luc Montagnier aisló e identificó el virus que estaba causando estragos.

Al día de hoy, la enfermedad no tiene cura, y tampoco cuenta con una vacuna segura y eficaz para prevenirla.

Según las últimas cifras de Onusida -el programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida-, 39 millones de personas viven en el mundo con VIH, de las cuales la mayoría (53%) son mujeres y niñas, y un millón y medio son menores de hasta 14 años.

En la Argentina, según datos de 2021 del Ministerio de Salud de la Nación, 140.800 viven con la enfermedad, entre los que el 13% desconoce su diagnóstico.

De allí la importancia de los temas abordados en la mesa Estrategias para erradicar la pandemia, en el marco del XX Simposio Científico de Fundación Huésped desarrollado del 30 de agosto al 1 de septiembre en el Palais Rouge de Buenos Aires y del que Infobae participó el viernes 1 de septiembre.

A lo largo de tres jornadas, investigadores, referentes de la sociedad civil y profesionales de la salud, presentaron novedades y avances en VIH, en más de 30 sesiones dictadas por 90 especialistas destacados del ámbito nacional e internacional.

Por qué el mundo necesita una vacuna contra el VIH
Para comenzar la jornada, la médica infectóloga y directora asociada del Departamento de Investigaciones de la Fundación Huésped, María Inés Figueroa, expuso los resultados de los últimos estudios clínicos sobre vacunas preventivas, Mosaico e Imbokodo, realizados en América y Europa y África, respectivamente.

“Cada año, 1,9 millones de adultos y más de 150.000 niños se infectan con el virus -comenzó a justificar la experta la necesidad de una vacuna para prevenir la infección por VIH-. Incluso si se logra una reducción del 90% en las nuevas infecciones por el VIH de aquí a 2030, todavía habrá alrededor de 200.000 nuevas infecciones por el VIH al año, lo que demuestra lo esencial que será una vacuna para el control del VIH a largo plazo”.

Asimismo, destacó que “los mayores impactos en la erradicación o control de enfermedades infecciosas en la historia de la salud pública se han logrado a través de la vacunación”, por lo que, en su opinión, “una vacuna fácil de usar sería una herramienta clave para llegar a las poblaciones más afectadas por el VIH”.

Antes de ahondar en los estudios, Figueroa explicó que “hay dos tipos principales de vacunas”. Y en diálogo con Infobae precisó: “Las vacunas terapéuticas, que pueden disminuir la velocidad de progresión del VIH cuando el virus ya está en el organismo, o bien ayudar a controlar la carga viral. Y las vacunas preventivas, muy valiosas para usar en la población de riesgo, que se administran en personas que no tienen la infección y enseñan al cuerpo a prevenirla para no contagiarse cuando entra en contacto con el virus”.

Sobre estas últimas se trataron los dos estudios a los que se refirió la experta. El estudio Imbokodo se realizó en mujeres africanas de entre 18 y 35 años, mientras que Mosaico se llevó a cabo con población masculina homosexual y transgénero, también de 18 a 35 años, en este caso de América y Europa.

“El estudio 

Mosaico tuvo la particularidad de que el 70% de los participantes provenían de América Latina y contó, además, por primera vez, con la participación de 400 voluntarios de la Argentina”, resaltó Figueroa, quien contó que en el país, el trabajo se llevó a cabo en Fundación Huésped, Helios Salud, en el Hospital Ramos Mejía y en el Instituto Caici de la ciudad de Rosario.

Y tras explicar que el objetivo del estudio, que fue a doble ciego, era “probar que el virus no se integre a la célula y que el sistema inmunológico bloquee la infección”, la infectóloga sostuvo que “el resultado no logró el objetivo de al menos 50% de eficacia que se pretendía y el estudio debió ser suspendido”.

“En un análisis de seguridad intermedio, se vio que la eficacia en ambos trabajos era del 25% y dado que ese primer corte ya dejaba vislumbrar que no se alcanzaría el objetivo, se dio por terminada allí la investigación”, sostuvo Figueroa, quien resaltó que “el dato positivo es que a pesar de que se haya demostrado que esta estrategia no funciona en eficacia, fue segura y recibir esta vacuna no produjo ningún evento adverso grave en los participantes”.

Las vacunas analizadas eran vacunas “de vector viral”, y según detalló la experta, “usaban el adenovirus 26 como vector, al cual se le agrega una parte antigénica del virus del VIH para generar anticuerpos contra partes específicas del virus,como la envoltura y la proteína GP 140″. Y adelantó que se trataba de un esquema de cuatro dosis para generar inmunidad.

Para ella, a pesar de la decepción de haber tenido que detener los estudios, “la perspectiva es buena y hay otras líneas de investigación en vacunas preventivas que siguen en curso”.

En ese sentido, mencionó “un estudio en Fase I de una estrategia inmunológica que utiliza la plataforma de ARN mensajero y otros que buscan generar anticuerpos monoclonales de amplio espectro, que representa una respuesta inmune diferente de las estudiadas hasta ahora”. “El más optimista considera que el próximo estudio estará listo en tres años (y el menos en cinco)”, concluyó la experta.

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