14 noviembre, 2024

La privatización de Papel Misionero y el rol de Humberto Schiavoni en la era Puerta

La década de los noventas fue un período turbulento para la economía de Misiones y para el
futuro de muchos activos estratégicos de la provincia. Durante la gobernación de Ramón Puerta,
en el marco de un modelo de privatización generalizado en el país, uno de los casos más
significativos fue la venta de la emblemática empresa Papel Misionero, dedicada a la producción
de celulosa y papel. Considerada hasta entonces un patrimonio clave de la Tierra Colorada, su
desestatización abrió un capítulo de controversias y cuestionamientos que persiste hasta el día
de hoy.


Papel Misionero, fundada como una empresa pública con un rol estratégico en el desarrollo
regional, fue vendida durante el gobierno de Puerta en condiciones que luego fueron
ampliamente cuestionadas. La operación se cerró en aproximadamente 5 millones de dólares,
monto que, según revisiones posteriores de los registros contables, nunca llegó a ingresar a las
arcas provinciales. Este hecho desencadenó sospechas y críticas sobre la transparencia y el
beneficio real de esta privatización.
Schiavoni: El Arquitecto de las Privatizaciones
Un actor fundamental en esta serie de privatizaciones fue Humberto Schiavoni, figura clave en
el entorno de Puerta, no solamente jugando un papel importante en la venta de Papel Misionero,
sino que también fue un engranaje esencial en otras operaciones que marcaron la gestión del
apostoleño al frente de la provincia. La cercanía de Schiavoni con el gobierno de Carlos Menem
y su experiencia en temas de infraestructura y servicios públicos lo posicionaron como el
operador ideal para llevar adelante decisiones estratégicas en Misiones, adaptadas a las
directrices neoliberales del gobierno nacional.
A través de acuerdos que, según trascendidos de la época, incluyeron comisiones de hasta un
10% sobre el total de las operaciones, Humberto habría asegurado el cierre de estas ventas en
términos favorables para ciertos sectores, aunque en detrimento de los intereses de los recursos
públicos de Misiones. En el caso específico de Papel Misionero, algunos documentos y
testimonios señalan que las negociaciones se realizaron con una celeridad que limitó la
participación de otras empresas, lo que derivó en una venta directa que varios sectores locales
consideraron insuficientemente transparente y a un precio irrisorio.
Consecuencias para Misiones y el Desmantelamiento de Activos Públicos
La privatización de Papel Misionero fue solo una parte de un proceso más amplio de liquidación
de activos provinciales, que incluyó la enajenación de otras empresas y propiedades bajo la
administración pública de la Tierra sin Mal. Las consecuencias de estas decisiones no tardaron
en manifestarse en la economía provincial. Por un lado, Misiones perdió el control sobre una
industria clave que, bajo su administración, podría haber promovido empleos y estabilidad
económica en la región. Por otro, la estructura del negocio en la provincia se consolidó cada vez
más en manos de pocos empresarios, algunos de ellos cercanos a Puerta y a su círculo político.
Con el paso del tiempo, este proceso de liberalización económica ha sido objeto de revisiones
críticas que sostienen que las condiciones de venta no solo favorecieron a los compradores, sino
que se realizaron en un contexto de falta de controles y escasa fiscalización. En Misiones, muchos sectores productivos y sindicales criticaron la salida de la empresa de la esfera pública, ya que
redujo oportunidades de empleo y dejó a cientos de trabajadores en situación de vulnerabilidad.
Un Legado de Desconfianza
La venta de Papel Misionero durante la administración de Ramón Puerta, con Schiavoni como
operador clave, dejó un legado de desconfianza hacia los procesos de privatización que marcaron
la década de los noventa en Misiones. Hoy, esa venta es recordada como un emblema de lo que
varios analistas consideran una entrega de recursos estratégicos a intereses privados sin
beneficios reales para la comunidad misionera. La falta de ingresos transparentes por la
operación y el impacto social de la pérdida de la empresa continúa manteniendo viva la polémica
en torno a la administración del apostoleño.

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