Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, con el objetivo de crear conciencia sobre el impacto de la diabetes en la salud de las personas y destacar las oportunidades que existen para fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
“La Diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles altos de azúcar en sangre. La glucemia (azúcar en sangre), cuando marca valores por encima de lo normal, se la denomina hiperglucemia y cuando esos valores se mantienen en el tiempo puede dar lugar a complicaciones en diferentes órganos del cuerpo. Las personas con diabetes presentan una alteración en la producción y/o en el funcionamiento de la insulina, entonces la glucosa queda fuera de la célula acumulándose en la sangre (hiperglucemia)”, explica la Dra. Viviana Cantarutti, médica clínica de OSPEDYC.
Se denomina “crónica” porque acompaña al paciente a lo largo de toda su vida. Sin embargo, con un seguimiento y un tratamiento controlado, se pueden prevenir complicaciones y llevar una vida totalmente normal.
Tipos de Diabetes
Diabetes tipo 1: se desarrolla cuando el páncreas no produce insulina, por lo tanto, la glucosa no puede ingresar en las células. Suele comenzar antes de los 30 años y el tratamiento requiere seguir un plan de alimentación adecuado y la aplicación de inyecciones de insulina todos los días.
Diabetes tipo 2: en este caso, si bien existe producción de insulina, esta es insuficiente, y la misma actúa de forma incorrecta y el ingreso de la glucosa a las células se ve dificultado (insulinorresistencia). Aunque suele comenzar después de los 40 años, la enfermedad se observa en forma cada vez más frecuente en personas más jóvenes. Este tipo de diabetes se asocia a sobrepeso y obesidad, alimentación inadecuada, falta de actividad física y antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
Diabetes gestacional: es la glucemia alta que se inicia o se diagnostica en el embarazo.
Otro tipo específico de diabetes, menos frecuente, es la diabetes causada por otras enfermedades o medicamentos, como por ejemplo las enfermedades del páncreas.
“Para diagnosticar la diabetes se realiza la medición de la glucosa en sangre en ayunas (glucemia basal) y se recomienda a todas las personas a partir de los 45 años; en los menores de 45 años, se recomienda cuando existe al menos 1 factor de riesgo”, comenta Cantarutti.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Familiares con diabetes (padres, hermanos, hijos).
Diabetes durante el embarazo.
Mujeres con hijos nacidos con peso mayor a 4 kg.
Sobrepeso u obesidad.
Actividad física insuficiente, sedentarismo.
Enfermedad cardiovascular.
Hipertensión arterial.
Colesterol alto.
Tabaquismo.
“Para tener en cuenta –dice la profesional–, los valores de glucemia en ayuna deben ser menor de 110 mg/dl en personas sin factores de riesgo, y menor de 100 mg/dl en personas con factores de riesgo. Cuando los valores oscilan entre 100 y 125 mg/dl, se considera glucemia alterada en ayunas, y a valores iguales o mayores a 126 mg/dl, en al menos dos mediciones se diagnostica diabetes”.
En cuanto a los síntomas de la diabetes, pueden variar de acuerdo a cada persona y según el tipo de diabetes:
La diabetes tipo 1 suele producir síntomas de forma rápida y clara tras la falta de producción de insulina, por lo que su diagnóstico suele ser prácticamente inmediato tras el inicio de los síntomas.
Por su parte, la diabetes tipo 2 es mucho más gradual. Pueden pasar varios años sin que se produzcan síntomas que hagan sospechar su presencia por lo cual, el diagnóstico se puede producir al realizar un análisis de sangre por otro motivo.
¿Cómo detecto los síntomas?
Falta de energía.
Poliuria (orinar mucho).
Polifagia (aumento del apetito).
Polidipsia (beber mucho por sed).
Pérdida de peso.
Visión borrosa.
Infecciones urinarias a repetición.
Infecciones cutáneas a repetición.
Heridas que tardan en cicatrizar.
¿Qué complicaciones puede traer la diabetes?
Cuando el azúcar en sangre tiene valores por encima de lo normal, sostenidos durante mucho tiempo, puede dar lugar a complicaciones crónicas.
Cuando se afectan los pequeños vasos sanguíneos, se denominan complicaciones microvasculares, que pueden comprometer los ojos, los riñones y los nervios de los pies. Si los vasos sanguíneos de mayor tamaño se ven afectados, hablamos de complicaciones macrovasculares y ponen en riesgo al corazón, cerebro y/o arterias de los miembros inferiores.
Las complicaciones de la diabetes pueden prevenirse controlando los niveles de glucemia y de los otros factores de riesgo cardiovasculares, como ser: la hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, tabaquismo y sedentarismo.
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