La madre del joven aseguró que un policía le apuntó con el arma a la cabeza. Luego lo esposaron y le pegaron con cachiporras. Otros dos menores también habrían sido agredidos.
La madre de un menor de 16 años se presentó ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá y denunció que esta madrugada su hijo fue esposado, golpeado y amenazado con un arma por efectivos de la Unidad Regional II de Policía. La mujer presentó fotos del joven en las cuales se observan marcas y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo, como espalda y rostro.
Asimismo, fuentes del caso anticiparon que en las próximas horas se sumarían al menos otras dos denuncias por parte de amigos de la víctima que también fueron agredidos por los uniformados del Comando Radioeléctrico y otras dependencias.
En diálogo, la madre del menor se mostró indignada por la situación vivida, ya que uno de los policías habría apuntado a la cabeza del menor con su arma reglamentaria, tras lo cual lo esposaron y golpearon con cachiporras.
“Mi hijo fue a cenar a la casa de un amigo y a la vuelta pararon a orinar cerca de la Facultad de Arte. Un vecino llamó a la Policía y al ver a la patrulla los chicos subieron a la camioneta y se fueron. Los persiguieron y detuvieron sobre avenida Beltrame. Ahí un policía le apuntó a la cabeza con el arma y con la otra mano lo bajó de la camioneta a mi hijo, como si fuera un asesino”, cuestionó.
Si bien reconoció que su hijo es menor y no posee carnet de conducir, lo que “la Policía debió haber hecho era constatar la propiedad del vehículo, hacer la multa y avisar a los padres. Pero en lugar de eso lo golpearon en la cara -tiene un ojo morado-, lo esposaron y le pegaron con cachiporras. Entre seis le pegaron a mi hijo y a dos amigos, también menores”.
Abuso de autoridad
En la camioneta que conducía el menor también transitaban dos chicas menores, las cuales fueron requisadas por personal masculino y alojadas junto a los varones en la Seccional Segunda.
“Eso pasó a las 2 de la madrugada pero no me llamaron a mí ni a ninguno de los otros padres. A los chicos tampoco les permitieron llamar a sus familias. Por un conocido nos enteramos lo que había pasado y nos avisamos entre los padres. Cuando los iban a liberar uno de los chicos contó que les pegaron, entonces pedimos que lo revise un médico. Cuando vi la espalda de mi hijo le dije al doctor que iba a denunciar, y me respondió que estoy en todo mi derecho. Incluso el médico me dijo que las lesiones en la espalda son de cachiporra, las tres tienen 17 centímetros de largo cada una”, explicó.
Y agregó: “No discuto que mi hijo cometió una infracción y los padres vamos a afrontar las consecuencia, pero es intolerable lo que la Policía le hizo. Un procedimiento mal hecho, un abuso de autoridad increíble que no vamos a tolerar”.
La progenitora destacó la atención que recibió en la fiscalía en turno, al tiempo que por razones laborales los padres de los otros damnificados harán mañana las correspondientes denuncias, anticiparon.
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