Ni el tratamiento básico. Ni el plasma. Ni la ivermectina. Ni el suero equino. Ni en la Argentina ni en el mundo existe consenso sobre cómo debe ser tratada la enfermedad.
Hay que esperar cómo reacciona el propio cuerpo. Hay que ver cómo se defiende sólo del virus.
A un año de la pandemia del coronavirus, y con la segunda ola sobre país, no hay consenso científico en Argentina que termine con la incertidumbre sobre cuál es el tratamiento más eficaz contra el coronavirus.
Ante la escasez de vacunas -que por momentos parece total si se compara a la población de riesgo con las dosis que se descargan de aviones de Aerolíneas Argentinas-, el sistema inmune de cada persona sigue estando al frente en una batalla a nivel celular contra el Covid-19.
Al momento del contagio, son las propias defensas inmunológicas las que se convierten en vitales para evitar el desarrollo de un cuadro grave de SARS-CoV-2. La enfermedad respiratoria de la pandemia.
Lo anterior no indica que varios tratamientos desarrollados en el país no sean alentadores. Pero sí marca que la gente no debería infectarse, porque es la neumonía bilateral la que llena las camas de terapia intensiva. Y, una vez ahí, la evolución favorable de cada paciente no está garantizada por ninguno de estos tratamientos.
A su vez, en estas horas se conoció que en la Ciudad el promedio de edad de los nuevos contagiados va de los 15 a los 40 años. Una franja etaria que, si no se trata de pacientes con comorbilidades, está muy lejos de las prioridades para la vacunación.
La llegada de la segunda ola es una «captura» local de la pandemia que muestra que las unidades de cuidados intensivos ya alcanzaron un nivel de ocupación del 59% y que las personas vacunadas con las dos dosis no llegan a las 700 mil y las vacunadas con una son poco más de 3,2 millones.
También está la realidad de los tratamientos: ninguno funciona como «antídoto».
El tratamiento básico contra el Covid
Lo primero que se le administra a una persona que se interna con neumonía bilateral (por Covid siempre es en ambos pulmones y no es sólo la dificultad respiratoria sino la baja oxigenación y la consecuente fiebre de la infección) es lo que se llama «tratamiento básico» o»de base». No hay dudas de que es «inicial». Lo que se debe hacer ante las primeras complicaciones.
«Se les administra oxígeno, con máscara (no invasiva). Se evalúa a los pacientes y si no evolucionan bien tienen que ser puestos en ventilación invasiva, la intubación orotraqueal (el conocido respirador)», detalla Rosa Reina, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI).
Luego viene la medicación. «La fundamental es iniciar con 6 miligramos de corticoides -es la dexametasona– por 10 días. Sí está comprobado que mejora mucho la evolución y baja la mortalidad», explica. Pero el problema, la incertidumbre, es si eso no funciona.
«Si la persona empeora, se insiste en mejorar la ventilación, la parte respiratoria, la oxigenación, que es lo que más se deteriora. Los pacientes pueden sufrir un shock, les empieza a bajar la presión mucho», detalla.
En la jerga de las y los intensivistas, cuando una persona con Covid shocka, necesita medicación vasopresora, vía endovenosa central, bombas de infusión, hidratación y, claro, más corticoides diaria. La imagen es crítica, pero puede ser peor.
«Cuando se agrava mucho más, se pone boca abajo al paciente –se dice ‘pronar’–, intubado», marca la experta. Es una de las pocas medidas «físicas» contra el virus. Como la infección está en la parte posterior de los pulmones, la persona rotada, que no hace presión sobre la zona, oxigenaría mejor. Hasta acá, el tratamiento de base. Con pequeños cambios, como la rotación de los intubados, es igual desde el inicio de la pandemia.
Ibuprofeno
El 17 de julio, Química Luar, el laboratorio que desarrolla la fórmula del ibuprofenato -que es fuerte en sodio y en formato apto para nebulización-, presentó todos los resultados y el protocolo para el ensayo clínico que desarrolló un grupo de investigadores en Córdoba. Recién ahora la ANMAT lo aprobó para que se siga estudiando sobre el tema.
La terapia con ibuprofeno propone que, gracias a la nebulización mediante un casco, el medicamento actúe como un «jabón» ante el Covid-19.
«La ANMAT nos autorizó a entrar en la Fase II. Eso es muy importante para el avance de este tratamiento. Es el estudio de cuando se compara con placebo y eso demuestra la eficacia y seguridad de la droga. Otros países también nos han contactado y estamos en el Fase II en República Dominicana. Comenzamos con Perú y Chile los diálogos. Como todo desarrollo farmacológico, es lento», detalla a Clarín Nestor García, el investigador del Conicet que desarrolló el proyecto en el Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor).
El ibuprofeno tiene un efecto bactericida. Pero, tal como lo conocemos, es insoluble en agua. En Córdoba lograron que sí lo sea. Ese es el ibuprofenato de sodio. La marca comercial es Luarprofeno o «ibuprofeno nebulizable 50 mg por nebulización». Busca probar su potencial para reducir el uso de respiradores.
Por ahora, el protocolo de terapia con ibuprofeno debe ser aprobado por el comité de bioética de cada institución de salud que desee aplicarlo.
En Cordoba ya se administró a más de 8.000 pacientes. También en Mendoza, donde se sigue enviando este ibuprofeno semanalmente, y en Buenos Aires, en la Clínica Independencia.
«En Cordoba y Mendoza se ha estado dando para evitar la internación y así prevenir colapso del sistema. Ahora que la incidencia de casos es mucho menor en esas provincias, bajaron los envíos. Esperemos que sigamos tranquilos (con los envíos de Luarprofeno). Pero mis deseos no se cumplirán, viendo la realidad de la segunda ola», cierra García.
Ivermectina
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está a punto de anunciar si recomienda o no la ivermectina para tratar Covid. Pero Roberto Hirsch, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Muñiz y quien lideró el primer estudio en Sudamérica sobre este antiparasitario, asegura que el organismo «no la va a recomendar».
Hirsch, al igual que Héctor Carvallo, ex director del Hospital Zonal General de Agudos de Ezeiza y quien también estuvo a cargo del estudio de ivermectina en el país, siguen firmes en los resultados positivos publicados en abril: «La letalidad disminuye un 80% en pacientes graves y los cuadros leves no terminan en internación». Pero, anticipa el experto, «la OMS va a seguir diciendo que faltan estudios».
Mientras la agencia sanitaria de la Unión Europea ya se opuso, hay cinco provincias argentinas que autorizaron su uso en el país como ensayo clínico: Jujuy, Salta, Tucumán, Misiones y La Pampa.
«También se probó nueve meses (retrospectivamente) en 162 personas del personal de Salud, totalmente expuestas al Covid, y ninguna se infectó. La ANMAT dice que no hay suficientes pruebas, se guía por la OMS, y la OMS no la va a aprobar ni como droga preventiva de infección (como barrera contra la proteína que funciona como llave para entrar a las células) porque es una lucha de poder entre laboratorios«, desliza, sin dar mayores detalles.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aclaró que en Argentina el uso de la ivermectina está autorizado sólo como antiparasitario. La venta es bajo receta.
Plasma
«El plasma transforma el coronavirus en un catarro». Lo dijo Fernando Polack, el infectólogo que lideró el mayor estudio de plasma realizado hasta el momento en el mundo. Los resultados mostraron que, a tiempo, podía frenar el desarrollo de cuadros graves de covid en personas mayores de 70 y aunque tuviesen enfermedades preexistentes de riesgo frente al virus.
Por protocolo, tras ese estudio de la Fundación Infant, el plasma se aplica en dos instancias: la primera apunta a los mayores de 65 años con comorbilidades y a todos los mayores de 75. Se les debe suministrar plasma hasta -como máximo- el tercer día del inicio de los síntomas. «El plasma va a ser la mejor estrategia hasta que lleguen las vacunas», decía Polack. Pero, en la práctica, el plasma hoy no es la solución ni siquiera para el grupo de riesgo por edad ante la escasez de vacunas.
«Están las guías que hizo el Gobierno de la Ciudad y las que hizo Nación, que indican cuál es el uso de plasma. Si la pregunta es si esto es algo que está universalizado, tanto en la red de hospitales de la Ciudad como a nivel país, creo que la aplicabilidad a los fines prácticos está siendo muy escasa«, dice a Clarín Diego Wappner. Estuvo junto a Polack en el seguimiento del estudio.
¿Por qué el plasma no es la estrategia «salvadora» ante la escasez de vacunas? Porque en Argentina no hay accesibilidad al plasma.
«No hay una campaña de recolección nacional de plasma de convalecientes (recuperados)», dice Wappener. Pero no es eso solo. «Tampoco hay estandarización de ese plasma. La estandarización del plasma reside en que tiene que tener una serie de títulos (de concentración de anticuerpos) determinada. Para eso tiene que estás estandarizado el método de medición de ese plasma«, explica.
Y hay un tercer factor que hace que el plasma no se use como debería. «No hay una campaña que indique que los mayores de 75 en general o los mayores de 70 con comorbilidades, como dice nuestro estudio, deben consultar entre las 48 y 72 horas ante los primeros síntomas de Covid. Y el sistema de salud tiene que estar preparado para administrarles el plasma en ese momento».
Wappener asegura que hay hospitales en la Ciudad que, en caso de que una persona mayor lo requiera, pueden tener el resultado de un hisopado en dos horas. No puede decir en cuántas horas, o días, esa persona recibirá, al menos, una de las bolsas de plasma que necesite. Tampoco si en una de esas bolsas está chequeado el título de anticuerpos (la alta concentración) que salvaría su vida.
Suero equino
El suero equino hiperinmune fue aprobado por la ANMAT el 22 de diciembre. Hasta ahora se administraron unos mil tratamientos. Y no es a nivel federal.
Sólo lo adquirieron Corrientes, Formosa, Misiones, Santiago del Estero, San Juan, San Luis, Santa Fe y Neuquén. Según fuentes del laboratorio Inmunova, el costo de este tratamiento es de 100 mil pesos por paciente.
La recomendación oficial indica que el suero equino puede ser administrado «en pacientes con enfermedad severa con hasta 10 días desde el inicio de los síntomas, con diagnóstico confirmado de Covid”. No es un tratamiento preventivo de la neumonía bilateral ni de la inflamación general que podría producir el covid. Donde más impacto tuvo el suero equino fue en los pacientes con Covid-19 severa.
La aprobación de la ANMAT se fundamentó en los resultados positivos del estudio clínico de fase 2/3, que se realizó en 19 hospitales y clínicas de Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Neuquén y Tucumán.
En los pacientes graves, la aplicación de esta terapia redujo la mortalidad casi a la mitad (45%), mientras que la disminuyó en un 40% en la población total. El objetivo del suero equino también es impedir que los infectados lleguen a terapia intensiva. Pero se administra cuando la decisión de «respirador o no» ya está siendo debatida por los terapistas. Está muy lejos de ser una vacuna.
Clarín
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