Por los altos costos de alquileres en el centro y la baja en la demanda, propietarios decidieron cambiar la ubicación y poner en marcha nuevas iniciativas en una ubicación alejada del casco céntrico.
La pandemia del coronavirus reconfiguró por completo al destino Puerto Iguazú, debido a su alta dependencia al turismo internacional. En este sentido, a lo largo del 2020 la actividad turística y comercial se frenó y conforme el avance de las flexibilizaciones, la ciudad comenzó a registrar un movimiento mayor, tanto de residentes misioneros como también de visitantes nacionales, aunque lejos de las postales que brindaba previo al arribo del Covid-19.
En este sentido, el parate total que sufrió el turismo provocó que muchos comerciantes que antes alquilaban locales comerciales en el casco céntrico de Iguazú se muden a otros puntos de la ciudad, a zonas más alejadas. El alto costo de los alquileres en esa zona fue el principal motivo del recambio, montos difíciles de afrontar ante la fuerte reducción en las ventas que, dependiendo de los rubros, llegaron incluso a cero y causaron fuerte preocupación en los comerciantes al no poder mantener las estructuras que sólo generaban deudas, sin la posibilidad de liquidarlas en el corto plazo.
Los barrios periféricos fueron los espacios elegidos para montar nuevos emprendimientos y cuentan con rubros que antes de la pandemia no tenían. Por la gran demanda que se registró en estos vecindarios, una clínica privada decidió abrir una sucursal aprovechando la expansión comercial, además de acercar la medicina a la ciudadanía ante la fuerte reducción en el número de frecuencias en el transporte público de pasajeros.
En el centro de la Ciudad de las Cataratas ya no se encuentran en funcionamiento jugueterías o mercerías. Sin embargo, sobre las principales avenidas que conectan a los barrios se observan comercios de diversos rubros: calzados, librerías, supermercados y kioscos, tiendas de ropa o juguetes, artículos de cotillón, a los que se sumaron diversas farmacias. Incluso, algunas zonas cuentan con salón de fiestas infantiles. Es que muchas de estas actividades que previo al arribo del coronavirus se ubicaban en el centro ahora se mudaron para abaratar los costos de alquiler.
“Durante el 2020 se ha registrado una expansión de locales a la zona de los barrios, con un crecimiento que fue notable. Muchos comercios migraron buscando sobrevivir. Ya este año no se ha registrado un aumento en la cantidad de locales”, explicó Joaquín Barreto, presidente de la Cámara de Comercio Iguazú (CCI).
En diálogo adelantó: “Ahora nos toca trabajar con el municipio para integrar estos nuevos comercios al sistema y demostrar los beneficios de pertenecer a la institución”.
Es que por el parate que provocó la pandemia en el destino, alrededor de 2.000 comercios, tanto formales como informales, debieron bajar definitivamente las persianas durante el año pasado, en la etapa más estricta del aislamiento, ante la falta de turistas.
“Nos mudamos en plena pandemia cuando vimos que no podíamos mantener el alquiler. Si bien no estábamos justo en el centro comercial de la ciudad, los turistas llegaban a nuestro comercio buscando indumentaria”, manifestó Rodrigo Román, quien agregó: “Pensábamos que la venta no sería la misma, pero mejoró incluso. El costo se pudo reducir porque el alquiler es más barato. Estamos ubicados en el barrio, pero parece que fuera el centro comercial de la ciudad”.
Estos cambios favorecen a los vecinos de los barrios, ya que encuentran todo lo necesario sin trasladarse a otra zona de la ciudad.
“Hoy por hoy cerca de mi casa tengo todo: hay librería, hay carnicería, supermercado, hasta un mayorista tengo en el barrio, farmacia, clínica. Sólo falta una oficina municipal y estamos completos. Algunos rubros muy específicos no tenemos, pero eso es lo de menos”, consideró Rosana Gómez, vecina del barrio Las Leñas.
El centro de la ciudad es la contracara a lo que ocurre en los barrios, pese a que se ha reanudado tímidamente el movimiento turístico. Es que la zona comercial de Iguazú aún continúa con muchos locales cerrados. Por ello, algunos comerciantes que contaban con ahorros aprovecharon para expandirse.
Sin embargo, la mayoría aguantó lo que pudo y cerró su comercio con deudas para muchos imposibles de saldar.
La expectativas de los comerciantes de esa zona de la ciudad está puesta en el avance de la vacunación de la población, ya que estaría relacionado con la apertura de la frontera que aportaría movimiento turísticos y por consecuencia las ventas se incrementarían. No obstante, aún no tienen certezas acerca de la apertura del puente internacional Tancredo Neves.
Por otra parte, la crisis en Iguazú provocó que muchos de los hoteles y alojamientos comiencen a cerrar sus puertas, algunos de forma definitiva con intenciones de venta del inmueble y otros de forma temporaria hasta tanto la actividad pueda reactivarse a pleno, como mencionó semanas atrás este medio.
Este panorama golpeó de tal manera al destino y al empresariado que muchos de los hoteles que cierran sus puertas organizan un remate de muebles para reunir dinero y pagar deudas adquiridas durante la pandemia. Lo hacen para sostener los emprendimientos y mantener los puestos de trabajo, precisaron sobre los motivos.
Fuente: El territorio
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