Las negociaciones entre quienes exportan carne y el Gobierno dieron un paso hacia adelante en las últimas horas, sin embargo la posibilidad de concretar un acuerdo se mantiene en suspenso. La propuesta oficial contempla limitar la exportación de carne en aproximadamente un 40% con respecto a lo vendido al exterior durante el año pasado siempre y cuando se respeten los acuerdos internacionales de cuotas especiales.
En teoría, ningún exportador de carne avalaría un acuerdo con esta clase de condiciones, menos aún si además deben contribuir al mercado interno con varias toneladas de cortes vacunos a bajo precio. Sin embargo, en la práctica todo puede cambiar, más aún cuando quedan sobre la mesa opciones que contemplan desde la prohibición de exportar determinados cortes hasta un incremento en los derechos de exportación. Un “acuerdo” como el que se conversó en las últimas horas no es lo ideal pero sería mejor que una prohibición total y es probable que este tema sea el eje central de un debate inminente entre los empresarios y el sector rural que por ahora se mantiene a la expectativa de lo que ocurra hasta el domingo, cuando vence el plazo de los 30 días impuesto por el gobierno.
Desde la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne (CICCRA), el presidente de la entidad, Miguel Schiariti, aseguró que “en el escenario que se plantea, los más perjudicados en la cadena de la carne serán los criadores. Pero además hay un protagonista que nadie tiene en cuenta hasta ahora y son los trabajadores de la industria. No sólo toleraron una suspensión durante el plazo que lleva impuesta la medida sino que además vislumbran un panorama complejo”. Según Schiariti, “están en alerta casi 8000 trabajadores que podrían sufrir consecuencias en sus puestos laborales”.
La imposición de comercializar menor cantidad de carne al exterior implicaría que los más de 30 frigoríficos exportadores -entre el Consorcio ABC y otros que operan por fuera de ese esquema- deban prescindir de una parte de los más de de 35 mil trabajadores que hoy emplea todo el sector. Al reducir la capacidad exportadora, habrá menos necesidad de empleos y al mismo tiempo se producirá una caída en el ingreso de divisas. Las exportaciones de carne bovina generaron u$s2.700 millones en 2020, es decir que para lo que resta de 2021, Argentina dejaría de percibir ingresos por cerca de u$s500 millones.
El entendimiento logrado hasta ahora podría ser aceptado por los exportadores pero no cuenta con la aprobación de quienes son un eslabón clave en la cadena de la carne, que son los productores. Por eso, ayer por la noche se realizó un encuentro entre los dirigentes de la Mesa de Enlace y algunos de los empresarios más importantes de la carne. Carlos Iannizzotto, Presidente de Coninagro, aseguró que “desde la Mesa de Enlace aún no encontramos el diálogo con el gobierno y el sector de la producción esta siendo ninguneado. Estamos buscando con todas las entidades la posibilidad de conversar y acordar. El sector productivo no avala ni cupos ni restricciones porque no aliviarán el bolsillo del consumidor y desalentarán la producción ganadera. La salida al conflicto se logra produciendo y con los productores sentados en la mesa de negociación”.
Por ahora, tras el impedimento para exportar sólo cayó el precio del kilo vivo de la vaca de descarte, que es el animal que iba a China y que no se consume localmente. El novillo que va al mercado interno no cede y el panorama a futuro, con una probable reducción de oferta e incertidumbre en el negocio ganadero, no parece ser alentador.
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