Lionel Messi es jugador libre por primera vez en dos décadas. Sí, aunque suene difícil de comprender, desde las 19:00 de la Argentina, las 00:00 de España, el legendario jugador rosarino está sin contrato vigente con el Barcelona. La firma para renovar el vínculo no ocurrió antes del plazo y, por el momento, no hay ningún vínculo legal entre el futbolista y la institución catalana. Pero tampoco hay grandes motivos para que los hinchas culés se preocupen más de la cuenta: en Europa aseguran que su continuidad se hará oficial más temprano que tarde.
Luego de 20 años, 6 meses y 16 días, Messi no tiene un contrato activo con el Barcelona. Se trata de un momento inédito para el crack rosarino y que deja con una sensación extraña no solo a los seguidores del equipo catalán, sino a todo el mundo del fútbol.
Por estas horas, mientras los directivos del Culé tratan de diagramar distintas alternativas para cumplir con el Fair Play Financiero (el principal inconveniente), Leo está concentrado con la Selección argentina, a la espera del partido del sábado ante Ecuador, por los cuartos de final de la Copa América.
Barcelona espera cerrar en los próximos días la continuidad de Messi. Consideran que la finalización legal del vínculo es apenas un detalle y que eso no cambiará nada: confían en que su firma se concretará en el muy corto plazo, cuando se terminen de ajustar los últimos detalles.
“Tranquilos, tranquilos”, fueron las palabras del presidente del Barcelona, Joan Laporta, este miércoles por la mañana, ante la consulta de la prensa sobre el contrato del rosarino. Pero aunque Messi quedó desvinculado oficialmente del Barcelona, en el club volvieron a dejar en claro en las últimas horas que la voluntad de ambas partes es firmar “lo antes posible” el nuevo contrato.
El problema reside en la complejidad de una operación que, tal como avanzó Catalunya Ràdio, garantizaría la continuidad de Messi como capitán del Barça las dos próximas temporadas. En primer lugar, debe resolverse la forma de pago y la fiscalidad de las cantidades que cobrará el argentino, y a continuación, confirmar el nuevo contrato en los criterios de Fair Play Financiero que exige LaLiga.
Y es que el club debe reducir de forma drástica la masa salarial del primer plantel blaugrana, que actualmente representa el 110 por ciento de los ingresos de la entidad, mermados por el Covid-19 y la mala gestión de la junta anterior, y que no debería superar el 60 por ciento de la facturación. Con esos números, el club se endeuda minuto a minuto.
En cualquier caso, y aunque Leo ya no es oficialmente jugador del Barça, el club seguirá vinculando su imagen corporativa a la figura del ’10′. De esto modo, la camiseta de Messi se seguirá vendiendo en las tiendas oficiales del FC Barcelona, y la web y el resto de medios del club continuarán cubriendo la actualidad del internacional argentino como si todavía fuera un jugador más de la primera plantilla. A la espera, claro, de la nueva firma y la tranquilidad para ambas partes.
Del burofax a sus ganas de seguir
La llegada a la presidencia de Joan Laporta, de buena relación con Messi desde los “años dorados” del club en la primera década de los 2000, para reemplazar a Josep María Bartomeu, de mala vinculación con el rosarino, renovó las esperanzas de la entidad catalana en lograr la continuidad contractual del máximo ídolo. Muy atrás quedó ese “burofax” en el que confirmaba su intención de dejar el Barcelona.
Esa carta documento había sido enviada por Messi hace exactamente un año, y desde entonces, se especuló con su alejamiento del club de toda su vida rumbo a dos destinos: el Manchester City de Pep Guardiola o el París Saint Germain de sus amigos Neymar y Ángel Di María, y su compañero en la Selección, Leandro Paredes. Pero todo cambió.
La oposición de su familia a abandonar la vida en Barcelona fue la primera carta a favor del club blaugrana para retenerlo. Después del regreso de Laporta a la institución tras su anterior período que se extendió entre 2003 y 2010, la ilusión de los culés se encendió aún más: el presidente redobló la apuesta y apostó fuerte para convencerlo y torcer su decisión de un año atrás.
Es que Messi lo dijo en más de una vez: quiere un equipo competitivo para pasar sus últimos años en el club en lo más alto de la élite europea. Su sueño, claro, es volver a ganar una Champions League. La última fue en 2015, ya pasó mucho tiempo. Y para ello lo primero que hizo Laporta fue intentar “tocarle el corazón” con la llegada de uno de los mejores amigos que le dio el fútbol: Sergio Agüero.
Messi, libre tras dos décadas legendarias
Fue el 14 de diciembre de 2000 el día en que Lionel Messi firmó su primer contrato con el Fútbol Club Barcelona, redactado en la cafetería del Club de Tennis Pompeia de esa ciudad de España. “En presencia de los Sres. Minguella y Horacio (Gaggioli), Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”, indica el hoy célebre documento.
Fue el 25 de noviembre de 2017 cuando el Barcelona anunció en un comunicado oficial: “El FC Barcelona y el jugador Lionel Messi han firmado un nuevo contrato hasta el 30 de junio 2021. La cláusula de rescisión queda fijada en 700 millones de euros. De esta manera, el crack argentino, de 30 años, finalizaría su contrato después de 17 temporadas en el primer equipo”.
Pasaron desde entonces 20 años, 6 meses y 16 días, 37 títulos, 672 goles, seis Balones de Oro, récords, gambetas, corridas frenéticas y rivales caídos. Messi, desde las 19:00 de la Argentina, las 00:00 de España, pasó a ser jugador libre.
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