La inflación muestra señales de volver a acelerarse en marzo, impulsada principalmente por el aumento de los alimentos, y se convierte en un nuevo dolor de cabeza para el equipo económico de Javier Milei.

Las proyecciones de distintas consultoras privadas ubican el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cercano al 3% para el tercer mes del año, lo que marcaría una suba con respecto al 2,4% registrado oficialmente en febrero.
En la Ciudad de Buenos Aires, el IPC porteño trepó un 3,2%, según los datos difundidos por la Dirección General de Estadística y Censos. En ese distrito, el ítem que más presionó al alza fue educación, especialmente por el impacto de los aumentos en las cuotas de los colegios privados. Este resultado anticipa una tendencia preocupante para el dato nacional que el Indec dará a conocer este viernes.
Al mismo tiempo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, que recoge las proyecciones de bancos y consultoras, también anticipa un incremento. Para marzo, el REM estima una inflación del 2,6%, una décima más que lo previsto por los analistas más certeros del panel, el llamado “Top 10”, que proyecta un 2,5%.
“En el tercer relevamiento del año, los participantes del REM estimaron una inflación mensual de 2,6% para marzo. Para el IPC núcleo, las estimaciones rondan el 2,5%”, detalló el informe, que también proyecta una tendencia descendente para los próximos meses: 2,2% en abril, 2% en mayo, 1,8% en junio y una leve desaceleración hasta septiembre.
Aun así, este nuevo repunte inflacionario pone en duda los objetivos de desinflación del Gobierno. El impacto sobre el consumo, los ingresos y la actividad podría condicionar el relato oficial de que “lo peor ya pasó”. Mientras tanto, los datos muestran que la economía todavía enfrenta una inercia inflacionaria difícil de contener.
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