El poder adquisitivo de los trabajadores formales registrados tuvo una caída de casi el 21% en los primeros dos meses de la gestión de Javier Milei, según el índice Ripte que mide la variación nominal de los salarios. Esta situación ha generado una preocupación significativa debido a la brecha existente entre los ingresos y la inflación, lo que impacta negativamente en la calidad de vida de los trabajadores.
En enero, los salarios formales aumentaron un 14,7%, pero quedaron rezagados cerca de seis puntos porcentuales detrás de la inflación del mismo mes. Esto significa que la remuneración promedio de los empleados formales alcanzó los $555.269,16, situándose por debajo de la línea de pobreza establecida por el INDEC. Una familia de cuatro personas necesitó $596.823 para no ser considerada pobre en enero, lo que refleja una brecha de $41.554 o el 7,5% en comparación con la Canasta Básica Total.
Distintas consultoras han señalado la drástica pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores formales. El centro de estudios CIFRA de la CTA mencionó que el salario real promedio registrado perdió el 21,3% de su capacidad de compra en enero en comparación con noviembre del año anterior.
Además, CIFRA destacó que la caída del poder adquisitivo es aún mayor cuando se analiza el rubro de alimentos y bebidas, alcanzando el 23,8% en ese mismo período. Esto implica que los salarios actuales son equivalentes a menos de la mitad de lo que eran en noviembre de 2015.
Por otro lado, el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma afirmó que el salario medido a través del índice Ripte tuvo una caída del 20,7% en términos reales durante los primeros dos meses de la gestión de Milei. Estas cifras preocupantes reflejan una situación crítica para los trabajadores, superando incluso la menor caída mensual registrada en los últimos 30 años.
El panorama no muestra signos alentadores para los trabajadores formales, ya que la pérdida de poder adquisitivo continúa afectando su calidad de vida. La necesidad de políticas que promuevan el aumento de salarios y la contención de la inflación se vuelve fundamental para revertir esta situación y garantizar un nivel de vida digno para todos los trabajadores formales del país.
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