Sebastián Villa anotó el único gol del partido para un Xeneize que diseñó el plan perfecto, no sintió las bajas y casi no pasó peligro. Así, volvió a ganar en el Hernando Siles después de 51 años.
Ni las 11 bajas por lesión, COVID-19 o protección (caso Tevez), ni la altura de La Paz: nada pudo contra Boca en su debut en la Copa Libertadores. En el estadio Hernando Siles, en el que no festejaba desde hacía 51 años, le ganó 1-0 a The Strongest, gracias a un gran gol de Sebastián Villa. Así, se acomodó en la cima del Grupo C junto a Barcelona de Ecuador, que ayer dio el golpe ante Santos.
El Xeneize diseñó un plan lógico para los 3600 metros de altura, ayudado por la cadencia de su adversario: presión recién a partir de la mitad de campo, con las líneas bien juntas para reducir espacios. Al recuperar la pelota apostó a cuidarla, con Soldano en función casi de mediocampista, como en la gestión Alfaro. Y, cuando vio la oportunidad, desplegó a sus velocistas: Obando por izquierda, Villa por todo el frente de ataque.
Así, en el inicio, forzó a un toqueteo sin profundidad a su rival y, en la primera llegada a fondo, encontró petróleo. Corrían seis minutos cunado Villa aceleró por izquierda mezclando vértigo y gambeta. desorientó a sus marcadores con un enganche y rompió el arco para anotar el 1-0.
Con dificultades para romper el cerco visitante, The Strongest empezó a apelar a los remates de larga distancia. El mejor fue el de Raúl Castro, a los 19′, que pasó junto al palo derecho del arco defendido por Agustín Rossi.
El dueño de casa monopolizó la pelota durante la mayor parte del primer tiempo, tratándola de manera prolija, buceando los caminos con paciencia… Excesiva. Adoleció de cambio de ritmo permanentemente. Así, sólo mediante balones quietos o remates llevó algo de peligro. Luego, le facilitó la tarea a los centrales a la hora de rechazar, o a los mediocampistas que patrullaron con criterio, como el juvenil Varela.
El segundo tiempo se inició como un calco del primero. The Strongest, sin chispa para la creación. Boca, concentrado, cuidando piernas y con Villa como cuña. Al minuto, el colombiano quiso colocar su intento con pierna derecha, y el remate combado pasó junto al palo izquierdo de la valla local. A los 3′, cara a cara con el portero Vaca, buscó pinchar el balón por encima de su humanidad, pero no logró superar su estirada.
Villa siguió sometiendo a los defensores de The Strongest: incluso habilitó a Jara para dejarlo mano a mano; le terminaron cometiendo penal, pero la acción no fue advertida por el árbitro. Con muñeca, Miguel Ángel Russo fue dosificando esfuerzos con los cambios y consiguió algo muy difícil: que Boca sostuviera el proyecto de partido sin que se resintieran las piernas de sus futbolistas por el efecto de la altura. Y vaya si lo consiguió.
Es verdad, The Strongest ofreció una imagen pobre, casi inofensiva. Pero hubo mucho mérito de Boca en el hecho de que prácticamente no le patearan al arco a Rossi. El cuerpo técnico sacó el manual de cómo se juega en la altura y lo aplicó con inteligencia. Y el Xeneize se llevó tres puntos vitales, representando un primer paso ideal en el inicio de su camino en la Copa Libertadores, detrás del sueño de volver a alzarla, algo que no logra desde 2007.
Infobae
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