El cuerpo de Fabiola Andrea Echenique, que tenía 30 años, fue encontrado sin vida en el interior de su vivienda en la tarde del miércoles último. Quien dijo haberla encontrado y denunció su muerte fue su ex pareja, un gendarme, con el que estaba separada desde hacía poco tiempo y que tenía restricción de acercamiento dispuesta por la Justicia, por pedido de la joven fallecida.
Fabiola vivía en un departamento en el pasaje San Santiago, en La Banda de Abajo, de la ciudad de Cafayate. El cuerpo fue encontrado en el dormitorio.
En el hecho tomó intervención la fiscala de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mónica Poma. El Ministerio Público Fiscal solo confirmó la existencia de la investigación.
Extraoficialmente hay dos versiones sobre la muerte: por un lado, un rumor refiere que el cuerpo presentaba evidentes rastros de golpes; por el otro, se afirma que la joven se suicidó y que incluso dejó cartas explicando las razones para esta decisión. Para sus amigas y conocidas cafayeteñas, es impensable que se haya quitado la vida, más aún cuando se manifestaba contenta por haber logrado denunciar a su ex pareja.
Fabiola no tenía parientes en Cafayate, pero estaba en contacto con integrantes de colectivos de mujeres que vienen movilizándose contra la violencia de género en aquella ciudad. La muerte de la joven generó gran consternación en esa ciudad turística.
Por testimonios de mujeres, se sabe que Fabiola era víctima de violencia por parte de su pareja, y eso precisamente motivó la ruptura. Hacía unos veinte días lo había denunciado y tras mucho insistir, había conseguido una orden de restricción. Sin embargo, hay vecinos que afirman que el hombre violaba constantemente esta prohibición, como parece indicar el hecho de que fue él quien la encontró sin vida en su casa.
Una testigo contó que en agosto o septiembre del año pasado la vió “con una piña en un ojo”, aunque recién en marzo de este año hablaron de esa cuestión, la joven le confió que era víctima de violencia: “Le ofrecí mi ayuda para lo que necesite, le pedí disculpas por no haberle tirado una mano cuando la vi con el golpe”.
Esta testigo, igual que otras mujeres de Cafayate que hablaron con Salta/12, destacó que la joven estaba atemorizada por lo que pudiera hacer su ex pareja cuando se enterara de que lo había denunciado: “Ella dos veces me mencionó que le preocupaba la reacción del loco cuando la fiscalía lo notifique de la denuncia que ella le había hecho”. Esta mujer dijo que considera importante estas afirmaciones de Fabiola, porque “es como si ella se la hubiera visto venir”.
Según trascendió en algunos mensajes que la joven intercambiaba con integrantes de colectivos feministas en Cafayate. Precisamente, en uno de ellos habla de este temor: “Él no sé cómo vaya a reaccionar ahora en la semana cuando sepa que está imputado por violencia, porque así como vos me viste con golpes, yo tenía fotos de golpes en mi cara las veces que me lastimó feo en la cabeza y sus mensajes donde él admite que me golpeó muchas veces”.
Fabiola tenía un hijo menor de edad, nacido de su relación matrimonial con otro hombre, que reside en Buenos Aires y del que estaba separada desde tiempo antes. Precisamente, por esta situación de inseguridad en que se sentía, hace un mes aproximadamente la joven envió a su hijo a la casa de su padre.
Hace unos veinte días, Fabiola había denunciado penalmente a su pareja. Entonces comenzó a vincularse con otras mujeres de Cafayate, que iniciaron también los pasos previos para acompañarla emocionalmente y ayudarla en lo económico, buscándole trabajo.
Por los dichos de Fabiola a otras habitantes de Cafayate, se sabe que pensaba regresar a la ciudad de Oberá, en Misiones, o conseguir trabajo en Cafayate y seguir viviendo en ese lugar.
“Yo no sé porque aguanté tanto”, se excusaba Fabiola en uno de los mensajes que compartió con otras mujeres en Cafayate. Y trataba de explicar por qué era víctima de violencia: “Yo sé que tengo mi carácter, que hubo veces que era yo la que empezaba con los gritos y eso, pero él desde siempre fue violento y yo pinté a mi familia una persona perfecta, y también eso no podía decirles mira esto no es así me quiero volver, por eso también aguanté tanto”, y cuando tenía los rastros de los golpes “no salía por eso, por vergüenza, para que no digan nada”.
Hasta ahora se cometieron tres femicidios en Salta. Graciela Flores, de 44 años, fue asesinada ni bien comenzaba este año por su ex pareja, Mario Balverdi. El 9 de enero, fue acuchillada una adolescente de 14 años, integrante del Pueblo Wichí de Misión La Loma, en Embarcación.
Y el pasado 7 de marzo fue encontrado el cuerpo sin vida de Macarena Blanco en un departamento del macrocentro salteño.
Página 12
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